- Acción beneficiosa inmunomoduladora
- Útil contra la diarrea, la gastroenteritis, el intestino irritable
- Reduce el tiempo necesario para la recuperación de la salud
- Reduce la absorción intestinal de colesterol y otras grasas
Uno de los Lactobacilos más estudiados y de mayor eficacia es el Lactobacillus reuteri, que habitualmente ya se encuentra en la mucosa intestinal de los recién nacidos desde las primeras horas de vida, ya que forma parte del importante soporte inmunitario transmitido de madre a hijo, proporcionando la primera acción protectora contra los efectos antiinflamatorios en el intestino. No es casualidad que haya demostrado ser una de las cepas probióticas más seguras utilizadas en el campo de la pediatría actual, donde no sólo se aplica por sus grandes beneficios como probiótico, sino también en los casos de cólicos gástricos irritativos que suelen afectar a los recién nacidos, especialmente a los alimentados con leche artificial.
En los adultos, en cambio, su concentración puede disminuir en situaciones de estrés y descenso de las defensas inmunitarias, donde ejerce una beneficiosa acción "inmunomoduladora", situaciones inflamatorias, infecciones gastrointestinales y uso prolongado de antibióticos. Para ello, es especialmente útil en casos de diarrea, gastroenteritis (ofrece protección contra los rotavirus), síndrome del intestino irritable, contrarrestando el agravamiento de la diarrea y reduciendo el tiempo de recuperación necesario. También puede mostrar mejoras en la dermatitis atópica y en las infecciones del aparato urogenital (Candida, por ejemplo). Actúa produciendo "reuterina", una sustancia con actividad antimicrobiana, ácida láctica y acética que contrarresta el crecimiento de gérmenes patógenos como la Escherichia Coli reduciendo el pH del tubo digestivo. En estudios clínicos, L. reuteri también ha demostrado resistencia a la bacteria Salmonella typhimurium, patógeno que puede contraerse a partir de alimentos considerados de alto riesgo, como la carne cruda, los huevos y las aves de corral. También se recomienda para el tratamiento del Helicobacter pylori, que ataca el estómago y provoca trastornos dolorosos como gastritis y úlceras.
L. reuteri también se utiliza para la salud bucodental, ya que impide la producción de Streptococcus mutans, una bacteria que provoca caries. L. reuteri también ayuda a prevenir la gingivitis (enfermedad de las encías).
MÁS ALLÁ DE LOS INTESTINOS...
Cada vez son más los estudios que confirman que una buena salud de la flora intestinal es de gran ayuda para mejorar la salud cardiovascular.
Si queremos disfrutar de un corazón sano y una buena circulación sanguínea, uno de los primeros factores a tener en cuenta es la necesidad de mantener unos niveles "seguros" de colesterol en sangre, ya que la hipercolesterolemia es uno de los principales riesgos para nuestra salud cardiovascular.
Dentro de las múltiples situaciones fisiológicas en las que intervienen y afectan a nuestra salud, las bacterias probióticas se están revelando como una de las alternativas más vanguardistas para controlar el nivel de colesterol en sangre a través de algunos mecanismos particulares.
Los lactobacilos, como el Lactobacillus reuteri, producen exopolisacáridos, que son fibras capaces de captar el colesterol e impedir su absorción, y también producen sales biliares hidrolasas (BSH), un complejo enzimático que reduce la absorción intestinal del colesterol de los alimentos, que luego se elimina a través de las heces. De hecho, como todas las grasas, los ácidos biliares conjugados son necesarios para que se absorba el colesterol. Por lo tanto, la ingesta de Lactobacillus reuteri aumenta la excreción de colesterol a través de las heces, rompiendo los enlaces químicos de los ácidos biliares conjugados. Otros mecanismos relacionados son objeto de análisis en profundidad, pero gracias a esta acción adicional sobre la salud cardiovascular, la ingesta de Lactobacillus reuteri se considera cada vez más complementaria a una dieta equilibrada, al ejercicio físico y al uso de suplementos nutracéuticos específicos, como los omega 3, los bioflavonoides cítricos como la bergamota, los fitoesteroles y la vitamina K2.
El Lactobacillus reuteri aparece y se muestra así como un probiótico con un vasto campo de aplicación para proteger la salud de nuestro organismo desde la infancia, pero que sigue presentando una gran variedad de usos potenciales.